miércoles, 12 de noviembre de 2014

Caso clínico: sordera curada con Mezereum

Tomado de Homeopathy the Science of Therapeutics http://pandwespanol.wordpress.com/
Por Carroll Dunham

G.W.W. (17) pequeño pero bien proporcionado y de buena constitución, saludable desde los 9 años, ha sido sordo desde que tenía 4 años de edad. Cuando tenía 3 años de edad, tuvo una enfermedad eruptiva en todo el cuero cabelludo, que después de resistir por un año todo tipo de métodos paliativos alopáticos, desapareció de la siguiente manera: Le fue colocada una capa de alquitrán de hulla sobre la cabeza y cuando se adhirió firmemente a las costras, fue arrancada violentamente; las costras se vinieron con el emplasto, dejando el cuero cabelludo todo excoriado. Esta superficie excoriada fue humedecida con una solución saturada de nitrato de plata. La erupción no reapareció; pero desde ese tiempo el niño quedó sordo.
La condición del joven ahora exige que sus amigos le hablen más fuerte. Su incapacidad para socializar, o para hacer negociaciones a causa de su  sordera, le ha producido un estado mórbido de la mente. Él se sume en su enfermedad, y se aísla incluso de su propia familia.
Bajo estas circunstancias, el me refiere desear curarse de su sordera. Su presente condición es como sigue: Él es incapaz de escuchar una conversación ordinaria, y nunca ha escuchado un sermón en su vida. El tictac de un reloj se puede escuchar a tres pulgadas y media de distancia en cada oído. Al poner el reloj a la altura de su frente, o de sus dientes, él lo escucha de manera distinta. Zumbido ocasional frente a los oídos. Una exploración física de sus oídos revela los siguientes datos: El conducto externo contiene cerumen abundante normal y suave. La membrana timpánica es blanca, opaca, y evidentemente engrosada. Cuando el paciente intenta inflar el oído medio (lo cual hace con gran dificultad, tapando su boca y nariz a la vez que hace una exhalación) la membrana timpánica se vuelve muy ligeramente convexa, y es imposible distinguir sus vasos sanguíneos dilatados. Evidentemente ha habido un depósito en la substancia de la membrana. A la exploración de la garganta, parece que el orificio de la trompa de Eustaquio está libre.
03 de Febrero de 1857. El paciente recibió 3 glóbulos en polvo de Mezereum30c, para tomar al retirarse.
24 de Feb. Siente que escucha mejor. –“Cada sonido parece escucharse más fuerte que antes”. Escucha mi reloj a una distancia de 4 pulgadas y media en el oído derecho, y cuatro pulgadas con un cuarto en el lado izquierdo. (Ninguna medicina)
1ro. De Marzo. No ha mejorado durante la última semana. Mezereum 30, tres glóbulos.
27  de Marzo. Escucha mi reloj, con el oído derecho, a seis pulgadas y media, y con el izquierdo, a 7 pulgadas. (Ninguna medicina)
20 de Abril. Escucha mi reloj, con el oído derecho, a una distancia de 10 pulgadas, y con el izquierdo, a una distancia de 14 pulgadas. Escucha una conversación ordinaria fácilmente, con atención. (Ninguna medicina)
28 de Septiembre. Ha seguido mejorando de modo sostenido hasta hace tres semanas, cuando nuevamente se puso sordo sin causa aparente. Mezereum 30c, tres glóbulos al retirarse.
26 de Enero de 1858- Escucha mi reloj a una distancia de catorce pulgadas en el oído derecho, y a 24 pulgadas del oído izquierdo. La sordera reaparece cuando se agripa, pero se le quita cuando se alivia. Mezereum 30, tres glóbulos al retirarse.
19 de Marzo. Para su sorpresa, al ir a la iglesia, aunque esté sentado al final del gran edificio de la iglesia, él escucha distintivamente todo el sermón–por primera vez en su vida. A la exploración física, la opacidad de la membrana timpánica ha desaparecido, y su elasticidad ha incrementado su sensibilidad.
24 de Mayo. El paciente me escribe que ha obtenido, sin dificultad, una posición en una tienda, y que ya no está consciente de estar sordo. Su única dificultad, ya que tiene la reputación de ser sordo, es que todos tienden a gritarle. Su padre escribe que la audición  de su hijo está “perfectamente recuperada”.
Comentarios: El éxito del tratamiento requerido para el caso amerita algunos comentarios acerca de su base lógica. Aquí se trató de un caso que le fue presentado al homeópata, el cual, aparentemente no tenía un sustento para prescribir. Hubo un engrosamiento de la membrana timpánica-y nada más. El proceso de engrosamiento probablemente se concretó hace años. Aquí se trataba de una condición anatómico-patológica, y no de un proceso patológico, y consecuentemente, funciones llevadas a cabo de un modo anormal-o en otras palabras, no había síntomas de enfermedad-los cuales trazaran las indicaciones para el tratamiento. La condición anatómico-patológica no arrojaba alguna luz del proceso patológico que lo había producido-del mismo modo en que el conocer la ciudad a la cual un viajero ha llegado, no da indicio del camino por el cual éste llegó a la misma.
La historia de un caso es a menudo de mayor importancia para determinar el tratamiento. En el caso ante nosotros la coincidencia entre la supresión violenta de la tiña capitis (tiña de la cabeza) mediante nitrato de plata, y la aparición de la sordera, fue demasiado notoria para escapar a la observación. No podría pasársele al médico que la enfermedad del cuero cabelludo, perturbada en su localización sobre el cuero cabelludo, se había transferido a los tejidos del oído. Además, me di cuenta de que, ya que en esta última localización no había suficientes indicaciones para una prescripción, podría encontrarlas en el fenómeno de la localización previa sobre el cuero cabelludo. Entonces me di a la tarea de obtener la imagen completa de esta enfermedad, que había desaparecido trece años antes. Por fortuna la madre del paciente tenía buena memoria y excelentes habilidades de descripción, y por ella supe que costras gruesas, duras, blanquecinas y casi córneas, cubrían el cuero cabelludo. Había fisuras en las escamas, mediante las cuales, al presionar, exudaban pus amarillenta, espesa, a menudo muy ofensiva. Había gran prurito y una disposición a desprenderse las costras con las uñas-especialmente molesto en la noche.

El remedio, que corresponde más estrechamente, en su patogenesia con el anterior grupo de síntomas es indudablemente Mezereum… La semejanza entre estos grupos de síntomas fue tan llamativa que Mezereum fue de una vez seleccionado como el remedio para este caso de sordera, sólo como si la enfermedad del cuero cabelludo todavía hubiera estado en su forma original, y como si se hubiera sido objeto inmediato de la prescripción.

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